"Words, words, words"

lunes, 31 de agosto de 2009

Mitologias



El techo es el lugar por donde siempre camino pero nunca me doy cuenta. Hasta mis huellas están allí, mis mentiras y algunas tristes sobras de viajes oscurecidos por la complicidad. Ahí soy impune. Una bestia feroz sin mamelucos ni abanicos. Solo en mi injuria. Regodeándome. Mitologizándome. Enroscarme con mi leyenda, esa construcción visceral. De aullido gregario. Desde las cavernas. Perpendicular reflexión de un domingo cualquiera, mi cuerpo es un campo de batalla. Devastado, blut und grund… Un tornado arraso a mi ciudad… ahora solo queda reptar, al ras de la tierra empestecida por el hedor de la sangre coagulada… Uff, tengo que pirar de acá antes de que alguien se avive (esto empieza a apestar).
De Tablada salgo pateando como un condenado. Vampireando los helados filetes de viento húmedo que dimanan a mi alrededor. ¿Por que el clima me trata de éste modo tan distante? La distancia me preocupa más que la suavidad. Me entretengo con esa mirada vidriosa mía, de rojos ojos angostísimos, como tímidos, viendo la nubecita informe que se escapa de los infiernos de mis entrañas para desaparecer cual fantasma descomprometido delante de mis labios en cuestión de instantes. Voy rápido y absorto en mis pensamientos. Pienso en esa mujer que no existe pero que amo. Pienso en ese yo que no existe pero amo. Nos pienso juntos en esa irrealidad y nos amo juntos. Mis labios finos y helados dibujan una mueca que en condiciones menos adversas debería haber sido una sonrisa. Creo que lo es de todos modos (no hay que ser tan exigentes), aunque me aterre la reacción de aquellos nadies que me miran como si fuera desfilando por un pasillo interminable. La vida es finita más no lo es el pasillo. Eso puede llegar a perturbarme. Las baldosas húmedas me parecen entrañables. No se por que cuando estoy así siento mayor empatía por los objetos. Tengo ganas de decirle algo a una de esas tantas baldosas castigadas por la persistente garúa y sobre las cuales el barro va dibujando suelas de zapatillas de marcas con nombres raros. Tal vez a refugiarnos con un whisky juntos a pelearle al frío, pedirle que me convide un poco su infinitud y carraspear eternidad.
Estoy sucio. ¿Cómo me habré convertido en este pordiosero? Tampoco voy a escribir un libro para explicarlo, pero es un chiste gracioso. De algún modo poco convencional para los refinados modos (caretas) de la época…

jueves, 27 de agosto de 2009

aquí mismo



buenos aires como ese rejunte revulsivo, hermoso y bizarro. un trayecto nuevo dentro del radio de las 40 manzanas de siempre hasta que se produzca la eyección y los descubrimientos humanourbanos que tiñen de particularidad la multitud de cuerpos en movimiento rectilíneo.

sábado, 22 de agosto de 2009

nota



Tan rancio. Todo vuelto punzada con peso propio, todo vuelto flasback en tiempo presente, puesto en el pecho, haciendo presión. La sensación de estar ausente; entre una historia presentada detrás de un vidrio y unos sistemas técnicos y un cuerpo temporalmente situado en nocturnidades. El negro azulado inundándolo todo y un amarillo abriéndose paso a los empujones por entre las vetas. Toda la inseguridad y el miedo del que cae sin paracaídas y la sensación de tenerlo, del milagro vuelto factibilidad concreta y palpable. Notar –no yo- que el día comenzó con sueños de inundaciones y terminó con un rostro mojado e hinchado, asfixiado. El cimbronazo se manifestó al son de trompetas roídas y decadentes, nada de glamour o mínima decencia, apenas perceptible lo movió todo.

viernes, 21 de agosto de 2009

looking for



en busca de un otro cimbronazo. algo que despabile de nuevo tras un sueño que deja la cabeza atrapada ahí, en brumas oníricas. una pausa en movimiento quizás.

como esos paseos noctámbulos, de relatos demenciales e imágenes inventadas pero concretas. gorros judaicos vistos desde un restaurant peruano con adornos orientales, un vino malo y relatos dignos de ese escenario.

la búsqueda continúa

martes, 18 de agosto de 2009

Pendencia babélica




Los dedos de Kjetil se aprietan contra el cemento, se ponen cada vez más rojos (¡le pican!), hasta que el primero se le suelta. Kjetil está desesperado. Todo el peso de su cuerpo ahora reposa sobre tres dedos que no tardan en empezar a ceder. Quisiera gritar más fuerte y moverse, pero teme que eso precipite su caída. Y esa sería la última de sus caídas. A unos 37 cm del más largo de sus dedos resistentes está el pie de ‘Ngoye (tiene sandalias). Kjetil le dice algo, un clamor perdido que busca refugio auditivo. ‘Ngoye no entiende, abre grande sus ojos y hace una mueca juntando sus gruesos labios como si fuera a dar un beso. Tremenda cara de poker. ‘Ngoye le dice algo con una voz finita que pareciera venir de otro cuerpo. De otro cuerpo chiquito que estaba adentro de su gran cuerpo. Como si fuera una mamushka. Kjetil no entiende. Se le suelta otro dedo. Se le sueltan tres lágrimas: las dos primeras, veloces, pican en punta, la ultima se estaciona a media mejilla y deja un surco en su rostro. Dice algo más en un tono de suplica, casi resignado. ‘Ngoye no entiende y abre los brazos. Kjetil cae, suelta un gritito que dura menos de lo esperado y muere. ‘Ngoye da media vuelta y espera en el fondo de su alma que eso no haya sucedido si no medió el entendimiento de un tercero. Pero yo lo escribí ‘Ngoye...

jueves, 6 de agosto de 2009

Reconciliación bebiendo humanidad (rescate)




Unas escaleras largas. Que se puedan disfrutar. Eternas y blancas que transitemos como flotando, diletando livianamente sin notar cansancio alguno. Acariciando el éter, respirando nubes y observando todo con el sentimiento del amor profundo: ninguna imposición sino la canalización más libre y anárquica de los primales sentires de nuestra ancestralidad. Hacer crecer las ramas de nuestro árbol interior sin tablillas correctoras. Que se salgan por los poros, por las orejas, por la boca. Con hojas mono, di o multi cotiledóneas. Que hagan insurgir su negación coquetona de nuestras semillas. Florecer y dar alegría sin pedir nada a cambio. Teniendo la sublime satisfacción de volar con la sonrisa propia de aquel que festeja la vida entre cansino y beódo. Feliz. Guiñando el ojo como quién gatilla la aprobación del cariño total.

martes, 4 de agosto de 2009

tonight -again-


escribir sobre cosas abortivas y que el firefox se te cierre cuando querés subir una foto es toda una señal. no hay que escribir sobre eso ni sobre superhéroes vueltos vómitos de vereda de amanecer, ni de las pesadillas umbilicales de nunca acabar, ni de la asfixia y la salida propulsada como telón final que cae tras la última escena, ni de la literalidad de que hoy es hoy y mañana es mañana. todo eso se borrará en cuanto se quiera ilustrar las letras. señal producto seguramente de la necesidad obsesiva de redundar. reescribir. retomar. reveer. repetir