
Tan rancio. Todo vuelto punzada con peso propio, todo vuelto flasback en tiempo presente, puesto en el pecho, haciendo presión. La sensación de estar ausente; entre una historia presentada detrás de un vidrio y unos sistemas técnicos y un cuerpo temporalmente situado en nocturnidades. El negro azulado inundándolo todo y un amarillo abriéndose paso a los empujones por entre las vetas. Toda la inseguridad y el miedo del que cae sin paracaídas y la sensación de tenerlo, del milagro vuelto factibilidad concreta y palpable. Notar –no yo- que el día comenzó con sueños de inundaciones y terminó con un rostro mojado e hinchado, asfixiado. El cimbronazo se manifestó al son de trompetas roídas y decadentes, nada de glamour o mínima decencia, apenas perceptible lo movió todo.
1 comentario:
muy hermosa foto
Publicar un comentario