"Words, words, words"

sábado, 23 de mayo de 2009

bsasbsasbsasbsasbsasbsasbsasbsasbsasbsas




buenos aires es descarada y no tiene problemas en mostrarte sus partes mas pudorosas, aquellas que el sentido común impone deben ocultarse. además de las íntimas ligadas a lo sexual, aquello visceral, las heces y los líquidos sulfúricos, olorosos a podredumbre ácida, esos que salen de los lugares adentrados más oscuros.
tampoco tiene horarios para su exhibicionismo cotidiano, de noche, de día, de mañana y de tarde, a la hora que ud. quiera puede acceder a los espectáculos más sórdidos y turbios. Pero eso no es todo claro está; también puede pasearse por los escenarios más frívolos de escaleras mecánicas, perfumes, ropas y billeteras todopoderosas.
en tan solo quince minutos ud. puede adentrarse en los trenes subterráneos donde estará rodeado de auténticos niños pobres pidiendo para cuidar a sus hermanos, hombres con armas en sus cinturas y policías por doquier; se puede bajar en estación retiro y ver -y escuchar- a una mujer sucia, despeinada, sin zapato alguno que discute con los empleados del puesto de pattys por su hijo bebé al que golpea estando tirado en el piso. una vez en la superficie, sobre las veredas, puede cruzarse con un paralitico que hede, le puede estar pidiendo dinero. a lo largo de dos cuadras y adentro mismo de la estación, el escenario sigue los mismos lineamientos.
otros quince minutos, con una combinación de por medio y puede acercarse a nuevos escenarios. allí puede recibir información del partido de derecha lavado de progresismo que le entregará folletos acerca del aumento de la seguridad y las rejas en las plazas, las personas limpias cargan bolsas de tamaños y colores de los más variados, allí todo parece ser lindo y limpio, sin problemas. puede ver niños que lloran por objetos inservibles y sus padres que los adquieren. algún pseudo intelectual leyendo en los sillones incómodos del patio de comidas bien techado, aireado y por supuesto, cristalino. más y más negocios. más y más mujeres pulcras siguiendo las reglas del comportamiento heredado. más y más adolescentes hormonales en sus ropas de diseño. quizás encuentre algún pobre, algún vendedor ambulante. tres pisos de lo mismo, veinte cuadras de lo mismo.
si ud no soporta nada de eso puede irse a dormir una siesta donde cosas sin sentido ocurren, pero sin lugar a dudas son sus propios laberintos: nada más seguro que el estado inconsciente del que se puede salir con solo abrir los ojos. Es verdad que puede perderse, pero quizás prefiera hacerlo allí y no afuera.

2 comentarios:

Maguitxu dijo...

No hay adentro y afuera de bsas.
Le robamos sus inmundicias, sus pobres, sus palomas y sus progresistas, la elaboramos, la hacemos propia y le adosamos nuestras miserias a sus miserias.

bs as es mi siesta.

Raskolnikov dijo...

te quema baires como tu texto... ¿el combustible de la resignación?
cada día me gusta más como escribis, te lo dije?